LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA, UN MAL INVISIBLE

Volvemos con una nueva entrada en el blog de Insonoise. Esta vez el tema escogido es la contaminación acústica, la gran olvidada cuando hablamos del medioambiente. Nos hemos acostumbrado a generar ruido y a soportarlo sin darnos cuenta. ¿Quieres saber más? Te lo contamos.

¿Sabías que se considera ruido el sonido superior a 65 dB durante el día y 55 dB durante la noche? Los coches, las motos, el tren. El bullicio de la gente, el sonido de una sirena, la estridencia del martillo hidráulico en las obras que están haciendo al lado de casa. Todas estas cosas forman parte del escenario de nuestra vida diaria a la que estamos acostumbrados.

El riesgo de que el ruido sea perjudicial depende del volumen. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que los dispositivos de audio oscilen entre 75 dB y 136 dB. Tampoco recomienda superar los 85 dB durante un máximo de ocho horas. Hemos de tener en cuenta que el espacio de tiempo admisible disminuye a medida que aumenta la intensidad del sonido.

Entendemos por contaminación acústica el exceso de ruidos o vibraciones que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona provocado por las actividades humanas como el tráfico, las industrias, locales de ocio, aviones, barcos, entre una larga lista de molestos ruidos que provocamos en la ciudades del mundo. Aunque el ruido no se acumula, ni se traslada, ni se mantiene en el tiempo como sí sucede con otro tipo de contaminación, igualmente produce daños en la calidad de vida de las personas.

El problema reside en que todos estos sonidos derivados de nuestras actividades diarias no son para nada inofensivos aunque puedan parecerlo. Se conoce que el exceso de ruido puede llevarnos a padecer un grave riesgo de pérdida auditiva. También tiene efectos físicos y mentales:

  • Pérdida de audición. El principal problema que puede comportar es la pérdida de audición. Incluso, algunas personas escuchan pitidos continuados en los oídos.
  • Otros problemas físicos. Puede aumentar la presión arterial, el ritmo cardíaco o la frecuencia de la respiración.
  • Problemas psicológicos. Estar expuesto a un sonido continuado provoca ansiedad, estrés, irritabilidad y agresividad.
  • Alteraciones del sueño. Inevitablemente ocasiona problemas de sueño o alteraciones en el descanso diario.

El riesgo de que el ruido sea perjudicial depende del volumen, la duración de tiempo y la asiduidad de la exposición. Por este motivo, el trabajo de Insonoise es crucial como empresa de insonorización en Madrid en la que ofrecemos servicios como aislamientos acústicos industriales, silenciadores, puertas y pantallas acústicas para que el ruido deje de ser un problema.

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